¿Cómo potenciar el conocimiento de los niños y las niñas a través de las relaciones e interacciones?
Al considerar una perspectiva transformadora en la labor de cuidado de niños y niñas, reconocemos que las relaciones e interacciones son herramientas de aprendizaje poderosas que se dan de forma natural en todos los espacios que ellos habitan.
En esta visión, los niños y las niñas experimentan relaciones e interacciones en las que los adultos valora su individualidad y comprenden que su aprendizaje se enriquece a través de la colaboración y la conexión con los demás.
Como cuidador, estás promoviendo activamente la construcción de conocimiento a través de las interacciones entre ellos. Esto sucede cuando planteas propuestas que lleven a valorar la importancia de que aprendan entre sí, brindándose apoyo mutuo, acercándose a diferentes ideas, confrontándolas y enriqueciéndolas. Recuerda que tu papel no es el de transmitir conocimiento, sino de facilitar experiencias horizontales y el aprendizaje entre pares.
Tu rol es promover procesos de exploración en los que los niños y las niñas conecten con el mundo real, desarrollando habilidades y valores de convivencia como la escucha, el respeto, el trabajo en grupo y la resolución de problemas. De esta manera el aprendizaje se convierte en un proceso que se da con los demás, lo que es fundamental para que puedan integrarse en grupos donde prevalezca la colaboración a partir de las diferencias.
En este sentido el trabajo en equipo entre familias, cuidadores y los propios niños y niñas adquiere gran importancia. Se valora la colaboración y el enriquecimiento mutuo que surge de las diferentes perspectivas, aportes y experiencias de cada uno. Además, al involucrar a las familias las interacciones no se limitan únicamente a los vínculos entre niños, adultos y equipos educativos; sino que también se reconoce la importancia de establecer una relación constante y respetuosa con los espacios, se valora la diversidad cultural y se realizan invitaciones para establecer una conexión continua con la naturaleza y los materiales. Se es consciente de los beneficios físicos, emocionales, espirituales y cognitivos que esta conexión con el ambiente aporta al desarrollo integral de los niños y las niñas.
Por ejemplo, si desde el momento en que los niños y las niñas llegan a tu cuidado, realizas prácticas como saludarlos agachándote a su nivel, escuchar atentamente sus opiniones y te comunicas con ellos tanto de manera verbal como gestual; esto se ve reflejado no solo en la interacción que tienes con el niño, que seguramente será mejor; sino también en la relación que sus padres tienen con ellos; porque desde tu ejemplo estarás transmitiendo a las familias, e incluso a la comunidad, nuevas formas de comunicarse con ellos.
Otros momentos cotidianos durante los que se pueden fortalecer las relaciones e interacciones es durante las prácticas de cuidado, es decir, esos momentos cotidianos como el lavado de manos, la alimentación o los momentos de sueño. Por ejemplo, puedes potenciar las relaciones a través de acuerdos y apoyo mutuo en estos momentos, sobre el uso del jabón o las toallas, sobre el tiempo que debemos dejar la llave abierta, sobre la rutina que siguen para dormir; o al invitarlos a cuidar y resignificar los materiales que se usan para estas rutinas. Estas simples prácticas, que estás haciendo de manera consciente, promueven relaciones positivas, de conexión e interacción con los demás y con el ambiente.
No olvides potenciar todas tus propuestas con los niños y las niñas que tienes a cargo, favoreciendo la relación, la colaboración y la conexión con los demás. Esto puede brindarles una experiencia de aprendizaje significativa y enriquecedora.
Para afianzar hábitos de vida saludable en los niños y niñas, es importante reforzarlos a diario desde la practica en las diferentes rutinas e inculcando en la familia que este trabajo se debe
seguir apoyando en casa.
La interacción es muy importante durante el aprendizaje de las niñas y niños, durante este proceso se crean diálogos con el que se comparten las formas de pensar, se crean valores para una buena convivencia. Para generar nuevos conocimientos significativos se requiere que la infancia se relaciones con los adultos y otros niños, pues de esta manera se comparten experiencias culturales que les dan identidad y pertenencia al conocer sus orígenes en el momento de hacerlos partícipes en las actividades de sus tradiciones y costumbres comunitarias.
en la crianza de los niños y niñas es fundamental que las familias promuevan los hábitos de auto cuidado, como es el lavado de manos, para así, prevenir enfermedades, que puedan afectar a los niños y niñas. fortalecer este lavado de manos, debe de ir acompañado con el ejemplo de quienes están presente en el desarrollo y crecimiento de ellos y ellas.