Ver vs observar
Observar y ver son dos términos que tienen diferencias significativas, sobre todo cuando se aplican al contexto de los niños y las niñas. Ver se refiere a la capacidad física de percibir visualmente algo a través de los ojos. Es un proceso pasivo, que implica captar imágenes y formas sin necesariamente profundizar en su significado o contenido. Ver puede ser un acto superficial y momentáneo, sin necesidad de prestar una atención consciente y reflexiva.
Por otro lado, observar implica un acto más activo y consciente de prestar atención detallada a algo. Observar implica dedicar tiempo y esfuerzo para notar, analizar y comprender lo que se está viendo. Es un proceso más profundo y reflexivo, que involucra no solo los sentidos visuales, sino también la capacidad de percibir y comprender a través de otros sentidos, como el oído, el tacto y la intuición.
Observar a los niños y las niñas implica estar realmente presente, prestando atención a sus acciones, gestos, palabras y expresiones. Es una forma de comprender su mundo interior, sus emociones, sus necesidades y sus capacidades. Observar a los niños y las niñas implica mirar más allá de lo evidente y tratar de comprender su perspectiva, su desarrollo y su proceso de aprendizaje.
Por ejemplo, imagina que estás en un parque observando a un grupo de niños y niñas jugar en un área de juegos. Si solo estás “viendo”, simplemente estás percibiendo visualmente sus acciones y movimientos sin profundizar en su significado. Puedes notar que están corriendo, saltando y riendo, pero no estás prestando atención a sus interacciones, emociones o necesidades específicas.
En cambio, si estás “observando”, estás dedicando tiempo y esfuerzo para notar y comprender lo que estás presenciando. Puedes observar que un niño está ayudando a otro a subir por un tobogán, mostrando empatía y apoyo. Puedes notar que una niña se muestra tímida al interactuar con otros niños, indicando posibles necesidades de apoyo social. Estás atento/a las expresiones faciales, los gestos y las palabras de los niños, y tratas de comprender su perspectiva y experiencia en ese momento.
La observación activa te permite captar detalles más sutiles y significativos, y te brinda información valiosa sobre las habilidades, intereses, emociones y necesidades de los niños y las niñas. Con base en esta observación, puedes adaptar tus prácticas educativas para apoyar su desarrollo y aprendizaje de manera más efectiva y personalizada. Por ejemplo, puedes intervenir en un conflicto entre dos niños al notar señales de frustración, o puedes proporcionar experiencias que potencien la construcción de conocimiento desde experiencias significativas.
Ahora que conoces las diferencias entre ver y observar, ¿qué crees que podrías hacer diferente para potenciar tu observación?
Por el día a día podemos perder de vista el observar, convirtiendo este acto en algo superficial. Invitación para dedicarnos a la observación conciente
Desde este momento me comprometo a observar mejor a los niños para lograr un mejor análisis de sus comportamientos y poderles ayudar a solucionar problemas y dificultades.
Ver y observar son dos acciones o terminología diferentes .Al referirnos la acción de ver es el acto de apreciar como la imagen llega a nuestros ojos sin analizar con profundidad lo que observamos. Cuando realizamos la acción de observar estamos analizando que observamos, porque lo observamos cuales son sus características, diferencias, cual es el objetivo de observar y que deseamos alcanzar con la observación. Mediante la observación se puede analizar que dificultades presentan los niños y niñas y realizar experiencias significativas que puedan potenciar el desarrollo integrales.
Según el tipo de observación, la información que recogemos es diferente y complementaria entre sí:
–Continua: observamos comportamientos, conductas, relaciones, su forma de pensar y de resolver problemas.
–Actividades: nos ofrece información sobre cómo un niño se desenvuelve ante una determinada tarea para modificar mi metodología y adaptarla al niño.
–Espontánea: este tipo de observación no necesita preparación previa y puede darse en cualquier momento o situación.
–Dirigida: todo lo contrario a la observación espontánea. Se necesita de más personas implicadas, un equipo de orientación, el equipo docente y las familias, ya que se centra en algún aspecto específico.