Particularidades en la comunicación

En la comunicación, cada persona tiene una particularidad única. Como cuidadores, es importante estar abiertos a escuchar con todos los sentidos para identificar y comprender esas particularidades individuales de los niños y las niñas que están a nuestro cargo. Esto nos permite brindarles las herramientas necesarias para potenciar sus habilidades de comunicación. Por ejemplo, imaginemos a dos niños, Juan y Sofía. Juan es un niño extrovertido y enérgico que disfruta expresándose a través del movimiento y el baile. Cuando quiere comunicar su felicidad, en lugar de usar palabras, empieza a saltar y bailar de alegría. Sofía, por otro lado, es una niña más introvertida y observadora. Le encanta escuchar a los demás y presta atención a los detalles. Cuando sus amigos le cuentan historias emocionantes, ella los escucha atentamente y muestra interés con expresiones faciales y gestos sutiles.

En este ejemplo, Juan y Sofía demuestran diferentes formas de comunicación. Mientras Juan se comunica a través del movimiento y el baile, Sofía prefiere escuchar y utilizar el lenguaje no verbal para mostrar su interés. Estas particularidades en su forma de comunicarse también reflejan su forma única de aprendizaje. Al reconocer estas diferencias, es fundamental acompañar el proceso con respeto y comprensión, reconociendo que, al igual que la personalidad, también existen variaciones en la forma de comunicarse.