Las habilidades del pensamiento

Las habilidades del pensamiento son esenciales para que los niños y las niñas puedan organizar y construir su comprensión del mundo que les rodea, y estas habilidades se desarrollan de manera intrínseca a medida que exploran y se relacionan con su entorno. El juego es una estrategia de preferencia para los niños y niñas, y es a través del juego que pueden potenciar estas habilidades de manera natural y espontánea. 

Entre las habilidades del pensamiento encontramos: 

Observación: Los niños y las niñas adquieren información al prestar atención a los detalles y características físicas de objetos, personas o situaciones. La observación se da a través de la exploración y la manipulación, lo que les permite comprender su entorno de manera más profunda. 

Atención: Los niños y las niñas se maravillan con el movimiento, la luz; y su atención se fija en acciones que les atraen. Durante el juego, deben estar atentos a las reglas, a las acciones de los demás y a los detalles del juego, lo que contribuye a su capacidad de atención y concentración. 

Percepción: Los niños y las niñas conocen el mundo a través de todos sus sentidos, captando características físicas y detalles de su entorno. El juego les permite experimentar y percibir el mundo de manera multisensorial. 

Memoria: Los niños y las niñas tienen la capacidad de retener información y recuerdos que se forman a partir de diferentes experiencias. Durante el juego, pueden recordar reglas, personajes y situaciones, lo que fortalece su memoria. 

Comparación: Durante el juego, los niños y las niñas pueden comparar objetos, personajes o situaciones, identificando similitudes y diferencias. Esta habilidad les ayuda a establecer relaciones y a categorizar elementos. 

Relación: Los niños y las niñas establecen conexiones entre objetos que comparten características similares, lo que les permite clasificar y categorizar elementos. También relacionan acciones y consecuencias durante el juego. 

Descripción: Los niños y las niñas utilizan la memoria, la relación y la comparación junto con el lenguaje para relatar historias y describir situaciones durante el juego. 

Como ves, el juego es una experiencia holística para los niños y niñas, y en una sola propuesta de juego pueden potenciarse múltiples habilidades del pensamiento de manera simultánea. Es decir, no es necesario que un juego específico se enfoque únicamente en una habilidad en particular, ya que los niños y las niñas pueden desarrollar diversas capacidades cognitivas y sociales en un mismo contexto lúdico. 

Por ejemplo, en un juego de roles los niños y las niñas trabajan la atención, memoria, resolución de problemas, imaginación, empatía, habilidades sociales y autoexpresión. Al asumir diferentes roles y participar en escenarios imaginarios o recreaciones de la vida cotidiana, los niños y las niñas se enfocan en los detalles y acciones del juego, ejercitando su capacidad de concentración. Además, deben recordar las características de sus personajes y las reglas del juego, estimulando su memoria. Enfrentar desafíos y conflictos dentro del juego les permite desarrollar habilidades para resolver problemas y tomar decisiones creativas. A través de la interacción con otros en el juego, fomentan la empatía y habilidades sociales como la cooperación y comunicación efectiva. El juego de roles proporciona un espacio seguro para expresar ideas y emociones, impulsando la autoexpresión y autoconfianza. En conjunto, estas habilidades cognitivas y sociales se fortalecen y preparan a los niños para enfrentar los desafíos de la vida de manera significativa y enriquecedora. 

No olvides que cada espacio de juego es una oportunidad de potenciar aprendizaje. 

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Respuestas

  1. La mediación es fundamental para apoyar los habilidades de pensamiento, y aprovechar cada espacio de juego es una oportunidad para que los niños construyan sus aprendizajes, sin embargo, es necesario reflexionar que el desarrollo es integral, que a partir de un juego se pueden detonar el desarrollo de diversas habilidades.

  2. Es fundamental tener claridad sobre las habilidades del pensamiento que buscamos favorecer en los niños y niñas, y propiciar que en las experiencias de aprendizaje se tomen en cuenta de manera intencionada, al mismo tiempo considerar que sea de manera natural. El juego parece ser la mejor estrategia para ello.