La cotidianidad como una posibilidad de aprendizaje

La cotidianidad brinda numerosas oportunidades de aprendizaje para los niños y las niñas. Cada momento en el que se encuentran inmersos en la rutina diaria puede ser aprovechado para estimular su curiosidad y que construya conocimiento. Como cuidadores, es crucial reconocer y valorar estos momentos como oportunidades de aprendizaje.

Durante la hora de ir al baño, podemos despertar su curiosidad planteándoles preguntas como “¿Cómo crees que cae el agua?”, lo que fomenta su pensamiento científico y su capacidad de observación. También debemos estar atentos a sus preguntas e hipótesis, ya que podrían sorprendernos con ideas como que el agua cae del cielo y llega al grifo.

Durante la merienda, permitamos que comparen el tamaño, color y texturas de las frutas, lo que promoverá su capacidad de análisis y descripción. Es importante darles espacio para explorar y expresar sus observaciones.

Es esencial convertir cada momento cotidiano en una oportunidad de aprendizaje significativa. Preguntemos a los niños y las niñas, invitándolos a participar activamente en cada experiencia, y dejémonos sorprender por sus respuestas e ideas. Reconozcamos que no hay respuestas únicas y animémoslos a soñar e imaginar.

Cuando nos involucramos y experimentamos junto a ellos, el aprendizaje se vuelve más relevante y significativo. Aprovechemos la cotidianidad como un recurso invaluable para enriquecer su conocimiento y promover su desarrollo integral.