Busca un espacio de la casa y dispón en el piso o en una mesa un pedazo de cartón, papel o cartulina grande, pintura y pincel. Invita al niño a plasmar su creatividad, sentimientos y pensamientos. Acompáñalo a través de diferentes preguntas para ir mejorando sus trazos: ¿qué estás dibujando?, ¿cómo se llama tu dibujo?, o ¿qué más quieres pintar?; también puedes dejarlo solo para que el niño explore sus trazos con libertad.