Experiencias pedagógicas para el cuidado del medio ambiente desde los lenguajes del arte

Experiencias pedagógicas para promover el cuidado del medio ambiente desde los lenguajes del arte

Las experiencias pedagógicas juegan un papel fundamental en el fortalecimiento de los diversos aprendizajes que los niños y niñas, por lo que es importante que a la hora de crear una experiencia pedagógica tengas en cuenta los siguientes elementos: intención, rincón o espacio, medios y materiales, si necesitas de articuladores externos (familia, comunidad), o de un espacio determinado para implementarla.  

A continuación, te brindamos ideas de experiencias pedagógicas que puedes realizar con los niños y niñas, desde el arte, y que estén articulados con el cuidado del medio ambiente: 

Con los más pequeños funciona de maravilla todo lo que está relacionado con su despertar sensorial, es decir, todo lo que externamente active sus sentidos. Para este tipo de experiencias puedes articular a la familia, ya que no solo se favorecerá su aprendizaje sino el fortalecimiento de vínculos afectivos. Toma fotografías de los diferentes elementos que hacen parte de su entorno natural y distribúyelas en diferentes lugares del aula. Invita a los niños a reconocer, junto con sus familias, en qué lugar de su entorno se encuentran esos elementos. Por ejemplo, un árbol puede estar en el camino del centro a la casa, o unas semillas se pueden encontrar en la huerta del centro educativo. Potencia esta experiencia invitando a las familias para que realicen preguntas sobre las características de esos elementos y dialoguen con sus hijos sobre ellos incluyendo temas como “¿por qué ese árbol será tan grande y este otro más pequeño?”, o “¿Cuántos verdes hay en las hojas de esta planta?” s. 
Invita a los niños a realizar una caminata por un lugar del centro educativo en donde puedan estar en contacto con la naturaleza (como por ejemplo el parque, o la huerta); o a un lugar cercano al centro educativo que cumpla con esta característica (puede ser la finca de un vecino un terreno abierto o el rio). Asegúrate de que todos lleven hojas, lápices, cartones para apoyar y lupas; e invítalos a observar ese entorno y escoger un elemento que llame su atención. Una vez lo hayan identificado, puedes invitarlos a dibujarlo en sus hojas. Pídeles que tengan en cuenta los detalles específicos que observan con sus lupas.  
¿Qué pasa si por ejemplo a los niños les llama la atención el viento? La danza se convierte en un vehículo maravilloso para que los niños puedan construir conocimiento. Al ritmo que diferentes melodías los niños podrán mover su cuerpo como imaginan que se mueve el viento. Por ejemplo, puedes amarrar un pedazo de papel o de tela a un ventilador, poner la música de fondo, e invitarlos a observar cómo se mueve la tela gracias al viento generado por el ventilador y moverse al mismo ritmo.  año.  
Y hablando de música, ¿qué mejor lenguaje que los sonidos para entender el entorno? Puedes grabar diferentes sonidos en tu celular e invitar a los niños a que los escuchen e identifiquen su fuente. Quizás es el agua corriendo, o una cascada cercana, o un pedro que ladra. También puedes invitar a los niños a grabar esos sonidos de la naturaleza que les interesan ellos mismos (con ayuda de su padres en casa, por ejemplo) y luego crear una historia con los sonidos que cada uno recopiló.  
¿Y qué tal representar esos elementos que más nos interesan con materiales como arcilla, plastilina, material natural o de reciclaje? La escultura es una forma maravillosa de expresión para los niños porque les permite comunicar cómo entienden el mundo a su alrededor, y su relación el mismo. 
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