En un espacio cómodo de tu casa como el comedor o una silla, sienta bien a tu hijo, o cárgalo, e invítalo a que coma sus alimentos. Puedes contarle cómo los preparaste. Acompáñalo a comer o dale mientras le dices lo rica que está la comida. Por otro lado, pregúntale ¿cómo está la comida?, ¿sí está rica? Y en caso de que él quiera tomar la cuchara, déjalo intentarlo para ver qué tal lo hace.