Estimular los sentidos de los niños a través de la interacción con el entorno natural favorece la autonomía, la comprensión y relación, el análisis y la investigación. Invita a tu hijo a sembrar plantas y regarlas en un lugar de la casa y acompaña este proceso con preguntas como: ¿de qué color son?, ¿a qué huelen?, ¿qué necesitan para crecer?, ¿cómo las debemos cuidar?, ¿qué pasa si no les echamos agua?, ¿qué tan altas pueden crecer?, etc.