Los niños, al llegar a un espacio desconocido o un lugar distinto a su hogar, sienten temor; consuelalo, abrázalo, míralo a los ojos y hazle sentir que tú entiendes por qué está triste. La forma como lo miras, lo tocas y le hablas son importantes para que empiece a creer en ti, cuéntale que puede llorar, y al mismo tiempo dile que su madre vendrá por él.