Dispón un espacio en casa con agua y arena e invita a la niña a plasmar sus ideas de manera frecuente. Permítele que realice la experiencia por sí sola, aunque al principio puedes ayudarla y guiarla. Dile que se sienta libre de jugar, que toque la mezcla con sus pies, y luego, pregúntale cómo se siente.