¿Alguna vez has pensado en construir una herramienta pedagógica para conseguir la calma en momentos de frustración?
Crea un cubo sensorial con materiales suaves como algodón o plumas, y una botella con escarcha y aceite. Cuando los niños se sientan frustrados, invítalos a tocar los materiales suaves y agitar la botella para disfrutar de la calma visual y táctil.
Este cubo de la calma brinda una experiencia de tranquilidad que puede ayudar al niño a calmarse y regular sus emociones. Al manipular el cubo sensorial, el niño se concentra en las sensaciones agradables y en el movimiento relajante de la escarcha o arena de colores.
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