La importancia del objeto transicional

El objeto transicional es un elemento al que los niños se apegan y que en ocasiones requieren para estar tranquilos, sobretodo en situaciones nuevas en las cuales se sienten inseguros. Este objeto, que puede ser una cobija, un juguete o una foto, es utilizado por algún tiempo por los niños para afrontar el cambio y sentir confianza y seguridad frente a nuevas situaciones como la entrada a un centro educativo por primera vez, quedarse dormidos tranquilamente en las noches, u otras situaciones que les generan ansiedad.

 

Los niños escogen este objeto generalmente porque una de sus características llama mucho su atención, puede ser su forma, su textura, su color o su olor; por lo que es importante que los padres validen la elección del niño; sin intentar sustituirlo por otro que pueda parecerles más “bonito” o más “adecuado”. 

Ya que este objeto es tan importante para los niños, es fundamental que los adultos que los acompañan comprendan el valor de este objeto, de manera que puedan validar la necesidad temporal del niño por usarlo. En este sentido, es fundamental entender que el objeto transicional, como su nombre lo indica, es precisamente para acompañar a los niños durante tiempos cortos. Esto quiere decir que el adulto también debe acompañar al niño a dejar de usarlo después de un tiempo determinado, con el fin de evitar que genere dependencia.

Un educador puede ayudar al niño a dejar el objeto transicional que usa para sentirse seguro los primeros días de su llegada al centro al involucrar el objeto en los saludos de inicio del día; y luego, al finalizar el saludo, invitar al niño aguardarlo / ubicarlo en un lugar seguro. Un padre de familia puede ayudar al niño a dejar el objeto transicional que usa para dormir al invitarlo por ejemplo a ubicar el objeto en un sitio en el que pueda dormir, que no sea la misma cama del niño.

Sin embargo, es importante reconocer que no existe un tiempo determinado o específico en el que el niño deba dejar dicho objeto, pues es la confianza y la seguridad en el nuevo espacio y en las nuevas personas, lo que permitirá que el niño deje de lado por su propia iniciativa, el objeto y no lo necesite más. 

Los educadores y padres deben estar atentos a la relación que tenga el niño con el objeto transicional y acompañarlo asertivamente para que no se genere dependencia. Para esto, sugerimos observar en qué momento el niño requiere de este objeto. Por ejemplo, en el caso de la entrada por primera vez al centro educativo, puede que sólo lo necesite mientras se despide de sus padres, pero luego lo deje en algún lado. O puede que lo requiere cuando, por ejemplo sale del aula al parque.

Si se observa que él niño lo requiere en todo momento, se puede hablar con él y proponerle dejarlo en un lugar seguro, acostarlo, guardarlo por unos minutos y luego volverlo a sacar, siendo siempre respetuosos con la relación del niño con el objeto.

Como vemos, el objeto transicional es una buena estrategia para acompañar a los niños en los tiempos de acogida, brindándoles seguridad, compañía y ayudándoles a reconocerse como niños independientes, autónomos, sociales y capaces de controlar sus emociones, en donde la comprensión de la familia y de los maestros es fundamental.

Y tú, ¿cómo estás acompañando a los niños a relacionarse con el objeto transicional?

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