
¿Te has preguntado si estás alabando o animando a tus estudiantes?


¿Te has preguntado si estás alabando o animando a tus estudiantes?
Una forma de identificar entre alabar y animar a los niños es enfocarse en el esfuerzo y el proceso en lugar de los resultados finales. En lugar de elogiar simplemente el resultado, como decir “¡Eres muy inteligente!”, es más efectivo destacar el esfuerzo y la estrategia utilizada, como decir “Noté que te esforzaste mucho y utilizaste diferentes bloques para construir tu torre y que no se te cayera.
Cuando animamos a los niños, les brindamos retroalimentación específica y constructiva, les mostramos que valoramos su esfuerzo y les alentamos a seguir aprendiendo y mejorando. Esto les ayuda a desarrollar una autoestima saludable y una actitud positiva hacia los desafíos.
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