Potenciando las dimensiones del desarrollo en los niños y las niñas.

Cuando pensamos en las dimensiones del desarrollo, debemos reconocer que los niños y las niñas son seres integrales en constante aprendizaje. Durante los primeros seis años de vida, estas dimensiones juegan un papel muy importante en la formación de la base para su crecimiento y desarrollo. Acá vamos a explorar cómo podemos para potenciar cada una de ellas. 

Dimensión socioafectiva: Cuando ofrecemos a los niños opciones sobre dónde desean estar, ya sea en un rincón específico o en un espacio del centro educativo; cuando los invitamos a elegir con qué material desean trabajar, o cuando los involucramos en la organización de sus objetos personales y los animamos a asumir la responsabilidad de cuidarlos; estas pequeñas acciones se convierten en herramientas poderosas que promueven su autonomía y les hacen sentirse participantes activos en su proceso de aprendizaje. En esta dimensión, como maestros, también podemos utilizar estrategias para validar sus emociones, brindándoles un espacio seguro donde puedan expresarse, como un rincón de calma o un área designada como nicho. Estas acciones contribuyen significativamente al fortalecimiento de su bienestar emocional. 

Dimensión corporal: A través del movimiento, los niños fortalecen sus músculos, adquieren habilidades motoras y mejoran su coordinación y equilibrio. Además, el movimiento estimula la circulación sanguínea y la oxigenación del cerebro, lo que favorece la atención, la concentración y el aprendizaje. También les permite expresar y liberar energía. Mediante la exploración física, los niños aprenden sobre sí mismos y su entorno. Como maestros, es importante entonces que aseguremos el tiempo y espacio para que jueguen y se muevan libremente. No es necesario contar con grandes espacios, ya que en el aula podemos diseñar experiencias de movimiento para los niños, como saltar en aros, crear circuitos con cuerdas o reptar debajo de mesas o bancos. De esta manera, se pueden desarrollar sus habilidades motoras y comprender el mundo desde una perspectiva física. 

Dimensión cognitiva: Si como maestros no nos afanamos por dar respuestas inmediatas a los niños y las niñas; y en lugar de eso utilizamos estrategias cómo realizar preguntas que movilicen su pensamiento, o invitarlos a lanzar hipótesis sobre aquello que los cuestiona; promovemos el desarrollo de su pleno potencial. Por ejemplo, si un niño menciona que ve pajaritos en su casa porque hay un árbol y un nido, en lugar de simplemente escuchar la afirmación, podemos hacer preguntas como “¿Dónde hacen los nidos los pájaros?” o “¿Cómo crees que los pájaros construyen sus nidos?”. También podemos preguntarles sobre otros animales que viven en los nidos y proponerles la idea de construir un nido en el aula. 

Estas preguntas llevarán a los niños a buscar respuestas, generar nuevas preguntas y participar en un proceso activo de descubrimiento y aprendizaje. Alentándolos a expresar sus pensamientos y brindándoles el espacio para que reflexionen, estaremos promoviendo el pensamiento crítico. 

Dimensión creatividad: La creatividad es una habilidad innata de los niños, ya que ellos pueden darle múltiples significados a los objetos y situaciones. Cuando los maestros entendemos esto, al ofrecerles una variedad de materiales y alentarlos a explorar y experimentar, les permitimos desarrollar su imaginación y expresión artística. La creatividad no solo estimula su lado artístico, sino que también fomenta su capacidad para resolver problemas y pensar de manera innovadora. En el aula, podemos utilizar materiales diversos que llamen la atención de los niños, como cajas, tubos de papel, trozos de tela, palos y elementos naturales. Estos materiales, que todos podemos conseguir, generan una invitación para que los niños dejen volar su imaginación y hagan propuestas creativas desde su originalidad, nutriendo así su espíritu innovador. 

Dimensión comunicativa: Los niños se comunican constantemente de diversas maneras, desde el llanto cuando son bebés hasta el uso de gestos y sonidos al aprender a hablar. Como maestros, es importante estar atentos a todas las formas de comunicación de los niños. Practicar la escucha activa, leerles cuentos y fomentar su expresión en diferentes formas, como juegos de roles y canciones. Al fomentar una comunicación efectiva, les damos a los niños la oportunidad de comunicar sus necesidades, emociones, ideas y pensamientos de manera clara y efectiva. Esto fortalece su participación activa en las experiencias y rutinas diarias y les brinda las habilidades necesarias para establecer relaciones con las personas de su entorno. 

Piensa en algunas propuestas creativas, para construir aprendizaje con los niños mientras potencias las dimensiones del desarrollo. 

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Respuestas

  1. Debemos reconocer que los niños y las niñas son seres integrales en constante aprendizaje. Durante los primeros seis años de vida, estas dimensiones juegan un papel muy importante en la formación de la base para su crecimiento y desarrollo.

  2. los docentes somos instrumentos de observación para los niños y niñas al inicio ellos tratan de imitar acciones del adulto, pero luego somos nosotros los que nos ponemos a su altura para poder implementar experiencias que les estimule las diferentes dimensiones del desarrollo, llevándolos a observar, explorar y realizar sus propias creaciones