Poner en práctica 3 pasos para la exploración: Observar, experimentar y descubrir. 

Observar: Puedes observar con intención en qué se interesa tu hijo. Tal vez en el sonido de la olla express, o quizá en un pajarito que está cantando afuera. También puedes observar qué hace cuando escucha este sonido, ¿será que pregunta por qué la olla suena? O se queda mirando detenidamente de donde proviene el sonido. Esto te servirá para entender qué es lo que llama su atención, e invitarlo para que explore más sobre eso.  

Experimentar: en medio del proceso de exploración surge en los niños el deseo de experimentar, es justo en momento en que el acompañamiento de los padres resulta fundamental, pues a través de preguntas movilizadoras tendrás la oportunidad de invitarlo, a probar sus hipótesis. Por ejemplo, si en medio de la observación notas su interés por el pasto que crece alrededor de la casa, y te dice que ese pasto es un tapete, puedes proponerle jugar a los exploradores y en ese espacio y experimentar sobre la textura del pasto, su color, tocar, sentir su textura, su oler, ¿Cómo es la arena que está debajo del pasto; estarías fortaleciendo su aprendizaje a través de un juego en el hogar.   

Descubrir: es la manera en que puede llegar a esa razón de ser de aquello que le interesa, por ejemplo si luego de haber explorado el pasto, la textura y demás características, descubre por ejemplo que el pasto es un alimento para algunos animales, o que donde está sembrado el pasto también podrá sembrar otras plantas, podrás acompañarlo a descubrir esos animales que viven allí, o a sembrar algunas plantas. Como ves, no se necesita ser maestro para jugar, explorar y enseñar.