Ruta de atención al detectar un caso de violencia hacia un niño
Ruta de atención al detectar un caso de violencia hacia un niño
Muchas veces la violencia hacia los niños pasa tristemente desapercibida porque responde a comportamientos típicos de nuestra cultura, como por ejemplo castigar físicamente a un niño por algo que indebido que ha hecho, gritarle como producto de la frustración que el adulto está sintiendo y que no sabe gestionar asertivamente; decirle que es un niño “malo” o “bobo” cuando no ha logrado hacer algo, o sacarlo de un lugar como por ejemplo el aula), sentarlo en un rincón o encerrarlo (por ejemplo en un cuarto) a manera de castigo o consecuencia de sus actos.
Todas estas acciones vulneran los derechos de los niños, por lo que es importante que todas y cada una de las personas que estamos a su alrededor, acompañando su desarrollo, seamos garantes de sus derechos, de que sean tratados con absoluto respeto y consideración; y de protegerlos contra cualquier tipo de violencia que vulnere su integralidad.
Para esto, te compartimos hoy una ruta a tener en cuenta cuando, desde tu rol, sospeches o detectes un caso de violencia hacia un niño.

Comunica de inmediato esta información el coordinador o lídere de tu centro educativo; y si es el caso, al equipo de apoyo psicosocial que les acompaña (trabajadora social, sicóloga, etc.), para, en conjunto evaluar las acciones a seguir.
El primer paso a seguir es observar cuidadosamente al niño. ¿Tiene señales de maltrato físico en su cuerpo?, ¿está decaído, no quiere jugar o hablar con el adulto que lo acompaña al centro, o incluso con los demás niños del centro?, ¿ha tenido muchas ausencias injustificadas? Anota tus observaciones en la carpeta del niño; incluyendo la fecha en que lo detectaste. Si en tu centro educativo diligencian un reporte de novedades, asegúrate de que esa información quede consignada en este reporte.


En el caso de identificación inicial de un caso de negligencia o maltrato (en el que no se vea comprometida la integridad del niño), se realiza un acta de compromiso con la familia del niño, en compañía del Coordinador General, el Psicólogo o personal de apoyo.
Junto con el equipo de apoyo, una vez definidas las acciones, es necesario desarrollarlas. Estas acciones pueden incluir: Indagar con la familia sobre aquello que les preocupa, analizar la actitud de la familia ante la conversación, revisar si existen otros reportes parecidos en la carpeta del niño, e incluso dialogar con el niño sobre este tema. Estos datos ayudan a entender con mayor claridad la situación.


Cuando los derechos de los niños están posiblemente siendo vulnerados, se realiza la remisión a las instancias que corresponden. Es importante avisarle a la familia del niño el procedimiento que se va a realizar, para su traslado y para lograr el restablecimiento de sus derechos. El centro debe realizar un informe por escrito en donde se reporte todo el seguimiento del caso. Para el traslado del niño a cualquiera de las entidades, debe ir acompañado de algún miembro del equipo del Centro, el Coordinador General, el Psicólogo, la familia o acudiente y la policía de infancia.
se debe proponer diferentes actividades que conlleven a experiencias pedagógicas respetando las particularidades de cada niño o niña y ser observadores de sus intereses y actitudes.
Observar a los niños y realizar la respectiva ruta de atención en caso de violencia es importante para no vulnerar sus derechos.
Observar permite no solo identificar necesidades, gustos o interes si no que permite leer en las niñas y niños sus emociones y sus satisfacciones personales
Debemos estar en constante observación para detectar cualquier signo de maltrato físico,psicológico o negligencia que vulnere los derechos de las niñas y niños y actuar de acuerdo a las rutas establecidas.
de las necesidades y de la observación se puede realizar un proyecto de investigación para trabajar con los niños y padres o responsables sobre la violencia.
Se debe tener en cuenta si el niño tiene alguna señal de maltrato físico, si no dialoga tanto con adultos como con sus pares, no juega y hay ausencias injustificadas
Nosotros como docentes tenemos la obligación de velar por el bienestra de los niños y niñas que tendremos a nuestro cargo, para que no pisoteten los derechos de los niños y niñas.
Nuestra atención debe estar dirigida a velar y gestionar el cumplimiento de los derechos de los niños , sin lugar a dudas este es un compromiso de todos, el dar aviso a las autoridades garantes de estos derechos llevará a que de cierta manera no se sigan vulnerando sus derechos
Una de las grandes misiones de los educadores de la primera infancia es orientar y prevenir la violencia de cualquier tipo protegiendo a nuestros infantes, y somos nosotros los que tenemos de primera mano la confianza y veracidad de la información para poder prevenir y ayudar de nuestros niños y niñas.
Cada vez que interactuamos con los niños y niñas devemos estar atentos en su estado de ánimo para así saber que le sucede y si están siendo vulnerados su derecho poder hacer el reporte a la entidad pertinente.