Si aumentamos la lúdica donde las emociones se expresen, donde nuestros niños afronten retos de sus contextos cotidianos aumentaríamos su bienestar personal y social.
Estoy de acuerdo con que el estado emocional que tenga el adulto se refleja y los niños y niñas lo perciben y afectan las felaciones con ellos , de tal manera que importante manejar nuestras emociones pensando en el bienestar de los niños y niñas.
Siempre debemos brindarles confianza ,ayudarles a los niños y a las niñas desde muy temprana edad a equilibrar sus emociones, desde lo que sienten o lo que quieren, saber escucharlos y responder de forma sencilla a sus preguntas, fortalecer su autoestima y debemos hacerlo desde nosotros mismos.
Los niños y niñas son receptores por naturaleza, por tal motivo saben cuando algo en nosotros no esta bien y preguntan con palabras inocentes: ¿por qué hoy estas triste? o ¿enojado?
Saber gestionar, acompañar y validar nuestras emociones es vital en el acompañamiento que realizamos en el aula, la emocionalidad del adulto se ve reflejado en sus alumnos.
Implementar y dar en las rutinas un dialogo, respirar, zona segura, tener esas pausas nos ayuda fortalecer vinculos y canales de comunicación.
El mantener un desarrollo emocional sano por parte del adulto es un factor protectivo para las relaciones que establecemos con los niños. Esto no quiere decir que los adultos tengamos que estar felices todo el tiempo, mi visión es que los niños son muy perceptivos y requieren ver adultos que no ocultan sus emociones, sino que las gestionan de forma adecuada.
Si aumentamos la lúdica donde las emociones se expresen, donde nuestros niños afronten retos de sus contextos cotidianos aumentaríamos su bienestar personal y social.
Estoy de acuerdo con que el estado emocional que tenga el adulto se refleja y los niños y niñas lo perciben y afectan las felaciones con ellos , de tal manera que importante manejar nuestras emociones pensando en el bienestar de los niños y niñas.
MI salud mental hace que los niños se sientan felices y seguros con su maestra.
Siempre debemos brindarles confianza ,ayudarles a los niños y a las niñas desde muy temprana edad a equilibrar sus emociones, desde lo que sienten o lo que quieren, saber escucharlos y responder de forma sencilla a sus preguntas, fortalecer su autoestima y debemos hacerlo desde nosotros mismos.
Los niños y niñas son receptores por naturaleza, por tal motivo saben cuando algo en nosotros no esta bien y preguntan con palabras inocentes: ¿por qué hoy estas triste? o ¿enojado?
Saber gestionar, acompañar y validar nuestras emociones es vital en el acompañamiento que realizamos en el aula, la emocionalidad del adulto se ve reflejado en sus alumnos.
Implementar y dar en las rutinas un dialogo, respirar, zona segura, tener esas pausas nos ayuda fortalecer vinculos y canales de comunicación.
Definitivamente los niños y niñas son el reflejo de los adultos
El hacer nuestra rutina diaria nos permite escuchar y estar atentos a los niños
El estrés constante en que actualmente está nuestro entorno no nos permite actuar tranquilamente, escuchar y atender de forma adecuado a los niños.
El mantener un desarrollo emocional sano por parte del adulto es un factor protectivo para las relaciones que establecemos con los niños. Esto no quiere decir que los adultos tengamos que estar felices todo el tiempo, mi visión es que los niños son muy perceptivos y requieren ver adultos que no ocultan sus emociones, sino que las gestionan de forma adecuada.