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  1. Las emociones nos ayuda a conocernos y autoregularnos cuando las conocemos generamos empatía con los demás, nos ayuda a orientarnos hacia los objetivos que nos planteamos. También, permite que aprendamos de los errores propios y ajenos.

  2. Es importante el impacto de las relaciones que mantiene los niños con sus padres, maestros, cuidadores y con toda aquella persona con la que entra en contacto, influye de manera directa en su habilidad para aprender a combatir con lo que siente y su reacción ante todo lo que experimenta. Es así como un cuidado afectuoso y rodeado de experiencias positivas establece las bases para su comportamiento en el futuro, sus emociones. ” Niñez sana adultos emocionalmente sanos”

  3. Es importantes como adultos saber el manejo de todas las emociones y darle importancia a cada una de ellas sin minimizar ninguna. Cada emoción nos muestra como nos estamos sintiendo.
    Debemos tener motivación constante en nuestra vida por cada momento que estamos pasando y tener como primera regla la GRATITUD en nuestras vidas.

  4. Cuando somos conscientes de nosotros mismo , se logra dar solución a los problemas de manera coherente, tenemos la capacidad de controlar nuestras emociones y comportamientos , nos permite dialogar con calma , pensar en los demás lo que siente y como lo siente ; así abanderar el “Trabajo de nuestro propio bienestar”

  5. Como adultos debemos mantener la calma y ser consientes de quienes somos , porque no es bueno culpar a nadie ni desquitarnos con los demás. por otro lado debemos dedicar un tiempo a realizar algo que nos gusta.

  6. La forma en como respondemos a nuestras emociones va de la mano con nuestra cultura, por ende es de suma importancia tener pleno reconocimiento de estas y de buscar herramientas que nos ayuden a regularizarlas, teniendo en cuenta que las emociones no son ni buenas ni malas.

  7. Estas consideraciones son ncesarias movilizarlas al interior de los jardines infantiles en los que actualmente llevamos a cabo nuestra labor, ya que implica un espacio serio de trabajo entre el talento humano y la profesional psicosocial para establecer prácticas cotidinadas que contribuyan al bienestar de todos y todas las personas que acompañan a las niñas y los niños.