
Crianza en tiempos de estrés: cómo cuidar de ti mismo mientras cuidas de tus hijos

La crianza de los hijos es un trabajo gratificante pero desafiante, especialmente en los tiempos modernos, donde el estrés parece estar en todas partes. Entre las responsabilidades laborales, las preocupaciones financieras y las demandas diarias, es fácil sentirse abrumado. Sin embargo, es crucial recordar que cuidar de ti mismo es igualmente importante para poder cuidar adecuadamente de tus hijos. En este blog, exploraremos algunas estrategias para mantener el equilibrio y la calma en la vida cotidiana mientras compartes con tus hijos.
1. Establecer rutinas y límites:
Las rutinas brindan estructura y previsibilidad tanto para los padres como para los niños. Establecer horarios regulares para las comidas, el tiempo de juego, el baño y la hora de dormir puede ayudar a reducir el estrés y el caos en la vida cotidiana. Además, establecer límites claros y comunicarlos de manera efectiva a tus hijos les brinda seguridad y establece expectativas claras.
Ejemplo: Establecer una rutina matutina, como desayunar juntos, prepararse para el día y salir a tiempo para la escuela o el trabajo. Esto brinda un inicio tranquilo y organizado para el día, lo que reduce el estrés matutino.

2. Practicar el autocuidado:
No puedes cuidar de tus hijos si no te cuidas a ti mismo. Asegúrate de reservar tiempo para ti, incluso si es solo unos minutos al día. Esto puede incluir actividades como hacer ejercicio, meditar, leer un libro, tomar un baño relajante o disfrutar de una taza de té tranquila. Encuentra algo que te recargue y te permita relajarte.
Ejemplo: Después de que los niños se hayan acostado, dedica 30 minutos a hacer algo que te guste, ya sea leer, ver tu serie favorita o simplemente disfrutar de un momento de tranquilidad.

3. Buscar apoyo y compartir responsabilidades:
No tengas miedo de pedir ayuda cuando lo necesites. Busca el apoyo de tu pareja, familiares, amigos o incluso de grupos de crianza. Compartir las responsabilidades con los demás alivia la carga y te permite tener tiempo para ti mismo. Recuerda que no tienes que hacerlo todo tú solo/a.
Ejemplo cotidiano: Organiza un sistema de apoyo con otros padres en el vecindario o en la escuela de tus hijos. Pueden turnarse para cuidar a los niños durante algunas horas a la semana, lo que te dará tiempo libre para relajarte o hacer tus tareas personales.

4. Practicar la comunicación efectiva:
La comunicación abierta y honesta con tus hijos y pareja es fundamental para mantener una crianza saludable y reducir el estrés. Fomenta un ambiente en el que todos se sientan cómodos expresando sus emociones y necesidades. Esto fortalecerá los lazos familiares y evitará malentendidos que puedan generar tensiones innecesarias.
Ejemplo cotidiano: Organiza una “hora familiar” en la que todos tengan la oportunidad de hablar sobre su día, compartir sus preocupaciones o celebrar los logros. Esto fomenta la comunicación y ayuda a mantener una conexión emocional entre todos los miembros de la familia.

La crianza en tiempos de estrés puede ser desafiante, pero al cuidar de ti mismo mientras cuidas de tus hijos, estarás en una mejor posición para brindarles el apoyo que necesitan. Establecer rutinas, practicar el autocuidado, buscar apoyo y comunicarse efectivamente son estrategias clave que te ayudarán en la cotidianidad. Recuerda que no eres perfecto/a, y está bien pedir ayuda cuando la necesitas. ¡Cuida de ti mismo/a para poder cuidar mejor de tus hijos!
Son muy importantes las experiencias tempranas ya que estas tendrán un impacto positivo o negativo en edades posteriores, las prácticas de crianza que ejercen los padres en los primeros años deben tener estas particularidades responder de manera pronta y amorosa a las necesidades de los niños. Es muy importante que los padres o cuidadores sean personas que conozcan la importancia de estos primeros años de vida .
Claramente una de las funciones de la familia es formar al niño en su propia identidad, para esto es necesario un ambiente digno, donde se tomen costumbres, actitudes y comportamientos, que ayuden a descubrirse individualmente y en sociedad. Un ambiente familiar adecuado donde se caracterice la buena relación entre padres, estén o no separados, fortalece en los infantes habilidades sociales necesarias para desenvolverse en el mundo, formándose y teniendo bases sólidas para su personalidad.
Es importante practicar una buena crianza por medio dunas buenas practicas como los es un rutinas y limites, una constante practicas de auto cuidado, donde fomentamos el lavado constante de nuestras manos y un buen cepillado de los dientes, compartir y compartir responsabilidades, teniendo en cuenta las necesidades y la edad, ser organizados, fortalecer en cada momento una comunicación afectiva, donde evidenciamos la honestidad y el respecto.
Es cierto que hay muchos límites y reglas que obedecer, pero como seria la convivencia sin ellas, entonces en casa también son importantes dividir tareas, horas de llegada, horas en el celular.
Tener comunicación para evitar conflictos, hacer actividades de interés personal.
Es muy difícil que los padres dediquen tiempo de calidad a sus hijos. Generalmente están estresados y solucionan todo entregando el celular a los niños.
Recuerdo que mi madres me decía “si tú estás bien, los demás estarán bien” con estas lecturas confirmo lo que ella me decía, a veces por más difíciles que sean las cosas siempre habrá quién nos apoye o algo que nos ayude a salir adelante, lo importante es expresar lo que sentimos o la situación que atravesemos.
La comunicación efectiva me parece esencial para evitar situaciones complejas.
Creo que en donde te debes sentir más en confianza justo es con tu familia. Pero eso depende de que lo fomenten los adultos.
Este tema de estar bien es indispensable porque nos preocupamos de todos y de todo menos de estar bien cuando estas extremadamente todo te molesta y hacemos cosas apresuradas si darnos cuenta de k hacemos cosas malas
Transmitimos lo k somos si estamos calmados transmitimos calma si estamos molestos transmitimos horas negativas