En nuestra labor como docente se evidencia toda clase de violencia y lo más triste es que casi siempre es de la familia, tuve en mi salón una niña con autismo quien llego con agresión física y presunto abuso sexual, la niña necesitaba ayuda inmediata en ese momento lo primero que hice fue activar la ruta y brindarle todo el apoyo a la niña, dando amor empatía y siendo muy cuidadosa con las reacciones de la niña, siempre existirán esas señales de alarma para prevenir la violencia o agresión en la primera infancia .