A Mamá Ana siempre le ha gustado mantener su casa en orden. Al caer la tarde inicia, como de costumbre, su rutina de aseo. Barre las habitaciones, trapea con líquidos de aromas deliciosos y antibacteriales para pisos, sacude y limpia el polvo… Pero, ¡oh! Debajo del mueble salió una intrusa cucaracha. Habían pasado varios días desde la última vez que limpió detrás del sofá… A veces a Mamá Ana le pesa gastarse el tiempo de juego con su hija en asear debidamente el hogar.
– ¿Qué debo hacer? No quiero andar con cucarachilias en casa.
– Ya sé, hagamos un plan de limpieza semanal, así nos aseguraremos de limpiar todos los espacios con rigor al menos una vez a la semana.
Tras implementar el plan, Mamá Ana no tuvo que lidiar más con esas molestas apariciones de cucarachilias.