Responder a: Tiempo para construir: Tomando acción frente a la violencia

  • Laura Marcela

    Miembro
    26 de junio de 2024 a 13:20

    Es importante reconocer cuán esencial resulta dar respuesta oportuna a las necesidades y manifestaciones que en su momento referencien los niños y niñas frente a presuntos actos de violencia puesto que ello puede posibilitar un ejercicio de transito favorecedor ante las situaciones a las cuales fueron expuestos, sin embargo, también es de suma importancia atacar “el problema” que para este caso partiría de un acompañamiento hacia quien se presuma pueda ser el agresor, particularmente los casos que identificamos con los niños y niñas estas malas experiencias pueden partir de su contexto privado representado en los adultos más cercanos como familia y/o cuidadores de allí la necesidad de ampliar los escenarios de diálogo y acogida bajo un carácter preventivo, aunque como profesionales resulta complejo adentrarnos a las dinámicas familiares puesto que son de reserva si es importante generar escenarios que permitan que las familias logren visibilizar el impacto negativo que genera en los niños y niñas todas estas manifestaciones de violencia que incluso para el niño o la niña pueden ser concebidas como algo normal, sin embargo, para que se generen cambios hay dos opciones por las que podemos optar, estas asociadas a actos correctivos por entidades competentes cuando ya son casos en los que nuestro alcance no puede ir más allá de la activación de ruta según corresponda, otra opción hace parte de los procesos preventivos como referí previamente, la necesidad no solo se da desde nuestro interés y pertinencia profesional con la intencionalidad de mitigar y eliminar estos escenarios de violencia sino que debe trascender a generar conciencia en las familias y adultos que acompañan, adultos que seguramente ejercen réplicas de crianza conforme a sus historias de vida y que por tal razón consideran viable dar continuidad a estas prácticas de violencia, es desde allí dónde podemos favorecer esos ejercicios de aproximación donde se inicie con un momento de introspección que no desconozca al adulto y por el contrario acoja aquellos temores, dolores y cicatrices de la infancia que aún continúan cargando en la adultez, para que de esta manera la iniciativa de cambio surja como algo personal y no como algo que se exige desde la institucionalidad, claro está que los hechos de violencia no son negociables, pero el impacto que puede generar un externo (nosotros) no es lo mismo que la toma de conciencia que el padre o cuidador pueda tener como una opción propia, esto basándonos en el impacto del discurso y la práctica, puede que ante la institución se concertén compromisos y acciones de acompañamiento pero si la iniciativa de cambio no surge desde la propia familia seguramente se evidenciaran cambios ocasionales pero estos no tendrán constancia en tiempo, ni el impacto que se desea forjar al interior de la familia, en beneficio de esta y claramente de los niños y niñas.