Evacuaciones y vómitos frecuentes. Este es sin duda uno de los signos de alarma más importantes. Por ello, es indispensable contar las veces que el niño hace deposiciones y las veces que vomita, ya que si existen más 3 en el tiempo de una hora, estamos hablando de una situación que se puede complicar. En este mismo punto es importante verificar si sus deposiciones están acompañadas de moco o de sangre.