Recomendaciones para fortalecer la dimensión motriz en los niños

La función motriz es la capacidad que tenemos para generar diferentes movimientos voluntarios, que nos permiten generar acciones como caminar, saltar, correr, agarrar objetos, hacer gestos, rasgar, entre muchos otros. Esta dimensión, como todas se va fortaleciendo a medida que los niños van creciendo.  Algunas recomendaciones para fortalecer esta dimensión son:  

Promover desde bebés, los movimientos de las extremidades: Con bebés menores de 1 año y cuando aún no logran caminar, es importante promover experiencias que los lleven a fortalecer diferentes músculos. Por ejemplo, disponer móviles que los inviten a estirarse, objetos que les llamen la atención para promover el movimiento de los ojos y realizar masajes en algunas partes del cuerpo como brazos y piernas.  También ofrecerle objetos que pueda agarrar en sus manos como pelotas de texturas suaves, sonajeros, entre otros. 

Acompañarlos en el proceso de gateo y de aprender a caminar: A medida que van creciendo, es importante promover el gateo en los niños, pero respetando los ritmos de aprendizaje de cada uno, sus procesos de desarrollo y su historia personal. Por ello, no hablamos de una edad exactamente, pues cada niño tiene un proceso diferente. Sin embargo, una vez reconozcamos que los niños van a empezar a movilizarse por sí mismos podemos acompañarlos a partir de experiencias en donde alcancen un objeto que les llame su atención o con elementos que los ayuden a caminar solos. En este aspecto, es importante minimizar los riesgos de accidente. 

Complejizar sus movimientos. Una vez aprendan a caminar, es importante seguir acompañándolos a complejizar sus movimientos para lograr que ganen autonomía y empiecen a reconocer el entorno que los rodea. Puedes, por ejemplo, crear estaciones de descanso y juego en el aula para que ellos puedan ir de un lugar a otro sin riesgo a caerse. También crear pistas de obstáculos para que ellos empiecen a trepar, dejarse rodar y más adelante correr, saltar. En este caso puedes una vez más crear herramientas pedagógicas que los apoyen en estas acciones sin necesidad de estandarizar clases para ello. Por ejemplo, en el parque crear enredaderas para que pasen, golosas, entre otros. 

Promover ejercicios de movimientos de partes pequeñas del cuerpo: Una forma más de fortalecer la motricidad en los niños, y en este caso la motricidad fina, es propiciando experiencias en las que los niños logren ver pequeñas partes de su cuerpo. Para ello puedes, por ejemplo, invitarlos a hacer muecas en el espejo, mover los ojos de un lado al otro, mover la nariz, subir las cejas. También acciones que fortalezcan sus músculos como amasar arcilla o plastilina, insertar en una botella objetos pequeños, entre otros. 

Propiciar experiencias de juego y movimiento. Y finalmente es importante invitar a los niños a experiencias en las que el cuerpo se convierta en la mejor herramienta. Bailar canciones que inviten a moverse, canciones que inviten a frenar intempestivamente, jugar al equilibrio, moverse al son de rondas infantiles o bailes típicos y jugar a caminar como diferentes animales; arrastrándose como la lombriz, saltando como el conejo o gateando como los gatos.