Sé flexible. Los acuerdos pueden cambiar, en especial cuando lo que habíamos acordado es quizá muy difícil de cumplir; y no nos habíamos dado cuenta antes. Entonces, un acuerdo en el cual habíamos escogido, por ejemplo, comer todos los alimentos que tenemos en el plato a la hora del almuerzo, puede convertirse en consumir un poco, y guardar el resto (en lugar de botarlo), para cuando nos dé más hambre en la tarde.