Importancia de los derechos de la niñez

Importancia de los derechos de la niñez

Cuando hablamos de la niñez, y específicamente de la primera infancia, nos estamos refiriendo quizás a una de las etapas del desarrollo mas determinantes para la vida de un ser humano, porque dentro de esta etapa se consolidan las bases cognitivas, emocionales, sociales y motoras que hacen parte del desarrollo de los seres humanos.

Los niños y las niñas son sujetos de derechos. Estos fueron reconocidos por la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño, establecida en 1989, que es el punto de referencia para la promoción y establecimiento de garantía de esos derechos, que son los siguientes:
Es importante que, como educador, actúes como garante de los derechos de los niños porque: Los derechos de los niños promueven su desarrollo integral, asegurando así que sus necesidades en salud, educación, y nutrición sean reconocidas como una prioridad; y les permitan un crecimiento sano. 
 
Asegúrate de que los acuerdos queden en un lugar visible.  Recuerda que los niños pequeños están desarrollando algunas habilidades, una de ellas la memoria; por lo que necesitan herramientas pedagógicas que les ayuden a recordar los acuerdos a los que han llegado. Para ayudarlos a recordar los acuerdos mientras los interiorizan; puedes tener imágenes que hagan alusión a esos acuerdos y publicarlas en alguna de las paredes del aula. También es importante que cuando un acuerdo se incumpla, les recuerdes de manera cariñosa que habían acordado otra cosa. No olvides que, en estas edades, los niños necesitarán escuchar varias veces aquello que esperamos que suceda y recordar constantemente por qué esperamos que suceda, para poder apropiar esta información. 
Socializa los acuerdos con las familias para que también en casa se pueda hacer seguimiento a esas rutinas que estás intentando establecer en el aula con tu grupo. Cosas como “cerrar la llave mientras te aplicas jabón en las manos”, “reciclar los empaques de comida y materiales que se puedan reutilizar”, o “apagar la luz al salir de la habitación” son acuerdos que no solo se pueden seguir también en las familias; sino que le aporta a la familia porque les permite ser socios de los niños en este proceso de cuidado de la naturaleza.
Sé flexible. Los acuerdos pueden cambiar, en especial cuando lo que habíamos acordado es quizá muy difícil de cumplir; y no nos habíamos dado cuenta antes. Entonces, un acuerdo en el cual habíamos escogido, por ejemplo, comer todos los alimentos que tenemos en el plato a la hora del almuerzo, puede convertirse en consumir un poco, y guardar el resto (en lugar de botarlo), para cuando nos dé más hambre en la tarde.