Estrategias que ayudan a minimizar riesgos de accidentes en general
Un niño que se encuentra en sus primeros años de vida debe estar acompañado de un adulto que vele por su seguridad y que, con sus acciones de prevención, evite accidentes que pueden ocurrir. En el caso de los centros educativos, también es muy importante tomar medidas preventivas para evitar que sucedan accidentes.
Los siguientes son solo algunos consejos que puedes seguir para garantizar un espacio seguro para los niños que habitan en aula:
Dialogar con los niños sobre la prevención de accidentes y llegar a acuerdos con ellos. Es fundamental que los niños sean conscientes de los accidentes que pueden evitar con acciones como no correr sobre el piso mojado, agarrarse de la baranda cuando suben o bajan escaleras; o consumir sus alimentos despacio para no atorarse. Realicen acuerdos sobre esta clase de comportamientos preventivos y aprovecha los momentos cotidianos para recordárselos cuando veas que se van a presentar, por ejemplo, durante el tiempo de comida, cuando están en el parque o antes de subir y bajar escaleras.
Asegurar las superficies por donde caminan los niños. Como sabes, los niños más pequeños tienen aún poco equilibrio al caminar; y los más grandes corren como parte de los juegos o la actividad física que realizan: por esto es vital que las superficies sobre las que caminan o corren en el centro educativo sean seguras, lo que implica que estén libres de huecos o baldosas sueltas que los hagan tropezar. En las superficies exteriores, que pueden estar cubiertos de pasto, tierra, aserrín u otros materiales; asegura que no haya obstáculos que representen posibles accidentes para los niños, como por ejemplo piedras o trozos de madera que se encuentren escondidos y que el niño no pueda ver fácilmente para esquivarlos.
Proteger terrazas, ventanas o balcones. Las ventanas, balcones y terrazas son lugares que llaman mucho la atención de los niños pequeños, porque allí hay un mundo nuevo por descubrir. Por este motivo debes siempre asegurar que estén cerradas con seguros que no estén al alcance de los niños y asegurar que no haya vidrios rotos que puedan generar accidentes. También es importante que dialogues con los niños sobre quién abre la ventana, o cómo debemos salir al balcón o a la terraza únicamente cuando estamos acompañados de un adulto. De ser posible, también puedes ubicar en una esquina de la ventana o sobre la puerta que da al balcón o a la terraza, una foto de los niños en ese lugar, pero acompañados de un adulto, para que, al ver la imagen, puedan recordar que deben salir acompañados.
Asegura que los materiales que ofreces son adecuados para la edad de los niños. Los niños más pequeños reconocen el mundo a su alrededor por medio de sus sentidos, por esto, es importante que los materiales que dispongas para su exploración hayan sido debidamente lavados y desinfectados; y que tengan tamaños que no representen riesgo de asfixia, por ejemplo, cuando se los lleven a la boca. También es importante que tengas en cuenta que esos materiales no representen otra clase de riesgos por su estructura, por ejemplo, si tienen puntas no rebordeadas o bordes filosos.
Acompañar a los niños y niñas de manera consciente. Los accidentes suelen ocurrir en cuestión de segundos; y entre los niños y niñas esta posibilidad es aún mayor dado que durante esta etapa exploran todo el tiempo el mundo que los rodea. Por esto, nuestro acompañamiento debe ser consciente. En ocasiones el exceso de confianza hace que los adultos se descuiden, por ejemplo, revisando el celular o hablando con otros adultos sin tener presente dónde están los niños o qué están haciendo. Incluso cosas que pueden parecerte sencillas, como tomar una bebida caliente mientras los acompañas en el parque, puede generar un accidente si alguno se choca contra ti y pierdes el control de la bebida, regándola sobre los niños y ocasionando una quemada. Por eso, realiza siempre un acompañamiento consciente, con tus cinco sentidos dispuestos.
