El bienestar emocional del adulto 

El bienestar emocional del adulto 

Nuestro bienestar depende en gran medid de cómo nos sentimos; y puede afectar nuestra capacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, nuestras relaciones y nuestra salud física y mental. La forma en que reaccionamos a lo que nos sucede y nuestra capacidad para manejar asertivamente el estrés y adaptarnos al cambio, o a los tiempos o situaciones difíciles son factores que influyen en nuestro bienestar. Es por eso que consideramos importante compartirte algunas ideas para gestionar tus emociones: 

Construir resiliencia. Las personas que logran recuperarse de las dificultades y adaptarse a las adversidades suelen tener fortalecida una capacidad que se llama resiliencia. Para fortalecer esta capacidad es recomendable practicar una serie de acciones saludables como tener un sentido o propósito de vida claro, permitirnos sentir cualquiera que sea la emoción o sensación que nos genere aquello que nos sucede; hablar sobre lo que nos pasa con otros y pedir ayuda a amigos, familiares o especialistas; e identificar opciones de mejora que salgan de los aprendizajes que nos hayan dejado las situaciones que vivimos

Reducir el estrés. Es normal que en diferentes momentos de la vida nos veamos enfrentados a situaciones que nos generan estrés; por lo que es importante que sepamos cómo gestionarlo de manera adecuada. Para esto, lo más importante es prepararte y preparar tu cuerpo para afrontarlo. Comer saludablemente, dormir bien, realizar algún tipo de ejercicio y practicar cosas como la meditación, el baile o verte con amigos; que te ayudan a mantener un equilibrio y estado de salud física y mental que te permitirán gestionar mejor los momentos de estrés cuando estos se presenten. Ten presente que si los momentos de estrés se alargan pueden convertirse en una condición conocida como estrés crónico, que genera a tu cuerpo un permanente estado de “alerta máxima” el cual es dañino para tu salud. Por esto debes aprender a reconocer esas señales de que estás estresado más allá de un nivel normal; como la imposibilidad para dormir, dolores constantes de cabeza o de estómago, cambios en el apetito que te llevan a ganar o perder peso. 

Dormir bien. Para cumplir con todas las actividades de nuestro día a menudo sacrificamos el sueño, lo que afecta nuestra salud mental y física. Cuando estás cansado no puedes funcionar de la mejor manera, no puedes pensar con claridad, concentrarte o tener reflejos rápidos; y como sabes, todas estas son cosas que debes poder hacer cuando acompañas a niños. Para dormir bien mantén un horario de sueño estable: acuéstate y levántate a la misma hora todos los días; evita la nicotina y la cafeína, estimulantes que te mantienen despierto pues tardan entre 6 a 8 horas en desaparecer de tu cuerpo. Evita también el alcohol, las comidas granees o pesadas y los aparatos electrónicos antes de acostarte. Mejor intenta leer un libro o escuchar música relajante.

Refuerza tus conexiones sociales. Estas pueden ayudar a proteger tu salud y prolongar tu vida ya que nuestros vínculos con los demás tienen resultados positivos en nuestra salud, tanto emocional como física. Cultiva tus relaciones interpersonales tanto dentro como fuera del centro educativo. Practica tu pasatiempo favorito (leer, caminar, pintar, etc.) con otros; y participa (¡o lidera!) en eventos de tu comunidad.

Distribuye adecuadamente tu tiempo Esto permite que te organices y puedas distribuir tus tareas de manera ordenada evitando que te satures de trabajo y/o actividades. Haz pausas activas y evita estar mucho tiempo frente a la computadora.