Muchas veces, cuando se es madre primeriza o a veces las abuelas, piensan que cada vez que el bebé llora es porque tiene hambre, es posible que no sea así. El bebé puede llorar porque siente su pañal sucio, porque siente cólico, porque siente frío o calor e incluso, porque desea que lo alcen. Pensemos que puede pasar si calmamos su frío con comida o su deseo de abrazos con comida. Será que cuando el bebé ya sea un niño más grande sienta la necesidad de comer cuando tiene frío o que más adulto cuando se sienta triste por alguna pena, se le abra el apetito. Para evitar estas circunstancias, es importante detectar cuando el bebé de verdad puede estar hambriento. A continuación algunas señales: